
Aquel día Celia de la Vega paseaba tranquila por la calle, sorteando los adoquines y cuidándose de que el sifón del césped no le mojase sus All Stars amarillas, ese día había telefoneado a su madre y le había dicho que no iría a comer. Se dirigía a su trabajo, cuando tomo un camino diferente al normal. Pronto se vio rodeada por un paraje desconocido y cuanto menos singular... arboles secos, un parque de niños y al fondo una gran casona...
Admirada por su belleza Celia se acercó a aquella casa, la puerta estaba entreabierta... y entró siempre había destacado por ser algo curiosa... sino, no seria la mejor fotógrafa del país y muchos periódicos de tirada nacional se la rifaban. Una vez dentro, deslumbrada por su decoración, se apresuró a sacar su Reflex para hacer fotos a esa casa tan maravillosa.
"es perfecta" dijo para si misma
Entro a una de las habitaciones con la cámara en la mano, sin saber que estaba a punto de hacer una foto... esa foto que hoy contempla horrorizada y que ha puesto precio a su vida...